Por qué apoyamos la normativa de la RACV para la lengua valenciana
Un valenciano medio, leyendo algunos de los textos en valenciano de esta página web, pensará que están llenos de faltas de ortogragía y palabras incorrectas. Es natural pensarlo cuando se tiene como única referencia el catalán-valenciano, el “normalitzat”, que se enseña en los colegios, o que usan las administraciones públicas y los medios de comunicación.
Pero la realidad es que, además de la normativa del Institut d’Estudis Catalans (IEC) y la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL), que está basada en los trabajos de Pompeu Fabra para la lengua catalana y que es actualmente oficial en la Comunidad Valenciana, los valencianos tenemos una normativa genuinamente valenciana, elaborada por la Real Acadèmia de Cultura Valenciana a partir de los trabajos de Lluís Fullana para la lengua valenciana, i que fue oficial durante unos años al principio de la democracia. Esa es la normativa que usamos en nuestra página web, de forma premeditada.
En esta normativa, también conocida como Normes d’El Puig, se publicó en el DOGV la versión en valenciano de nuestro Estatuto de autonomía en 1982. También en esta normativa se comenzó a enseñar valenciano en los colegios, y si no se hubiera cambiado por una versión suavizada de las normas del ICE en el primer gobierno del PSPV, en estos momentos no sería necesario publicar estas líneas.
En AFEDIV nos sentimos orgullosos de nuestra lengua propia, el valenciano, que es oficial junto con el castellano, y consideramos que su conservación debería ser una prioridad para toda la sociedad valenciana, y muy especialmente para el sistema educativo.
Pero para conservar el valenciano hay que garantizar que la lengua que se enseña y se utiliza a nivel oficial es un reflejo de la lengua que se habla tradicionalmente en el territorio valenciano, depurándola de expresiones ajenas pero sin hacerla converger con otras lenguas por muy próximas que sean.
Ya sabemos que el los colegios se enseña y se repite que “la ciencia ha demostrado que el valenciano y el catalán son la misma lengua” o que “el valenciano es un dialecto del catalán”, pero eso no es cierto: no hay una forma puramente lingüística para determinar cuándo dos variedades lingüísticas son lenguas diferentes o dialectos de una misma; es una cuestión sociolingüística que muchas veces se resuelve de forma política.
Ahí tenemos el caso próximo del gallego: oficialmente se considera una lengua a todos los efectos, porque la sociedad gallega tiene conciencia de hablar una lengua diferente del portugués a pesar de su proximidad, que hace que algunos quieran “reintegrarla” como dialecto del portugués (y sin respetados por el mundo académico gallego, cosa que en el caso valenciano, imagen especular del gallego, no sucede).
Si queremos preservar el valenciano necesitamos, como los gallegos, un estándar propio claramente caracterizado, que recoja todas las características generales del valenciano hablado en nuestro territorio (fonética, flexión verbal, vocabulario) sin converger hacia otra hablas que no son valencianas. Eso permitirá que la gente que ya habla valenciano no tenga dificultades para demostrar-lo en las pruebas de la Junta Qualificadora de Coneixements de Valencià, que los espectadores de la televisión pública valenciana identifiquen lo que oyen con lo que hablan en el día a día, que las páginas web tengan versiones en un valenciano reconocible, que tengamos una Wikipedia en valenciano, que empresas como Google hagan traductores automáticos en los que aparezca el valenciano…
En cambio, tratar el valenciano como un dialecto de la lengua catalana implica todo lo contrario: por mucho que se quiera vendar como que valenciano es el nombre que le damos los valencianos al catalán, o que la variedad valenciana tiene la misma dignidad que el barceloní, lo cierto es que el valenciano se está convirtiendo poco a poco en el catalán de Barcelona, y que el nombre solo queda como una concesión al sentimentalismo. En 40 años de enseñanza del catalán-valenciano en Valencia ya hay mucha gente que considera normal escribir o incluso decir “aquest”, “papallona”, “veure”, “servei” o “vacances”; en 40 años más los niños y niñas serán “nois” y “noies”, e incluso pronunciarán “València” como si fueran de Barcelona o Girona.
Por eso, en AFEDIV apoyamos la normativa de la Real Acadèmia de Cultura Valenciana para la lengua valenciana, porque consideramos que es el mejor modelo para el conjunto de hablas valencianas (y solo las valencianas), recogiendo todo su vocabulario genuino (evitando castellanismos y catalanismos) y con una ortografía adaptada a la fonética valenciana general (toda, no solo la de un dialecto valenciano, el “apichat”, como se suele decir).
Esta es nuestra postura, coherente con la defensa de la identidad valenciana que ha impulsado la constitución de esta asociación, y pensamos que es tan respetable como otras posiciones: la de los que piensan que el valenciano es una lengua inútil (solo para hablar en casa, y una pérdida de tiempo para los niños) o la de los que piensan que es mejor una lengua catalana fuerte que varias más pequeñas (y, por tanto, se ha de unificar la lengua). Cada uno es libre de construir su identidad, también la lingüística, aplicando el sentido crítico a una información que debería ser rigurosa y plural, y a partir de ahí actuar en consecuencia. Mejor vivir en una sociedad de diversidad y respeto que en una de dogmatismo y estigmatización.
Podéis encontrar más información a partir de los siguientes enlaces:
• Sobre la llingüicitat de l’idioma valencià i la seua viabilitat futura – https://www.youtube.com/watch?v=3s9H6c72b40
• Sobre la Normativa de la RACV – https://www.llenguavalenciana.com/documents/sobre_la_normativa_de_la_racv
• Declaració de principis de la RACV – https://www.llenguavalenciana.com/documents/la_racv_i_el_consell_valencia_de_cultura